1 Tesalonicenses 3:9-13
Hace muchos años existía una ciudad llamada Tesalónica, esta ciudad era muy conocida en la época por convertirse en la capital de Macedonia y, además de ser una ciudad libre del Imperio Romano, ya que podía ser gobernada por sus propios ciudadanos -número de ciudadanos que se cree que en el tiempo de Pablo alcanzó las 200 mil personas. Al parecer era una muy buena ciudad donde vivir, pero además de eso, en esta ciudad existía un grupo de personas muy especial: la iglesia de Tesalónica. Esta iglesia que fue fundada hace aproximadamente 2 mil años es un ejemplo de cómo es el grupo de jóvenes que Dios quiere que formemos en la actualidad.